1-
Luego de aceptar viajar con las chicas, salimos de la terminal de salta capital con rumbo a Purmamarca. Pasadas las 9 de la mañana dejamos el hostel y nos dirigimos a la terminal de micros, recorrido que yo había hecho hacia apenas unos días. Ahora me encontraba haciendo el mismo trayecto nuevamente pero en una situación totalmente distinta.
Al llegar, hice uso de mis conocimientos previos sobre las calles del lugar y dirigí al grupo hacia la plaza del pueblo. Allí, dos de las chicas se quedaron con el equipaje, mientras que las otras dos y yo salimos a buscar algún lugar en donde hospedarnos esa noche. Después de un rato, terminamos anotándonos para pasar la noche en la misma casa en donde yo ya había estado alquilando hacia unos días atrás con mis amigos.
Una vez instalados en una amplia pieza para 8 personas, decidimos salir a dar un paseo. Fue ahí que al salir a la calle, nos cruzamos con un chico que la noche anterior había estado en aquel hostel de salta. El estaba viajando solo, así que lo invitamos a caminar con nosotros esa tarde. Realmente no recuerdo como se llama… pero durante todo el viaje lo llame el mochilero,
Esa tarde recorrimos el cerro sacando fotos y caminando tranquilamente por la zona como cualquier otro grupo de turistas en vacaciones.
En general, me sentí bastante incomodo en varias ocasiones, ya que el hecho de pasar tanto tiempo con desconocidos era una experiencia nueva; por lo tanto en muchos momentos me sentí solo, con la cabeza llena de pensamientos que definitivamente no podían resolverse en ese momento.
Luego del recorrido, volvimos a la habitación casi a las 20 hrs. y comenzaron los preparativos para bañarnos y salir a cenar. El mochilero se quedo con nosotros durante ese rato, sin pagar la pieza, mientras de a uno nos turnábamos para usar la ducha. Luego, cuando todas las chicas habían terminado de bañarse, dejamos que el use el baño también. Este detalle me cayó casi muy mal. Al terminar con el baño, nos dirigimos a cenar, en compañía también del muchacho con mochila, quien anteriormente expreso sentir que estaba quedando mal con otro grupo de chicas con quien quedo en verse mientras se quedaba con nosotros. Así mismo, se quedo con nosotros.
Luego de cenar fuimos a la plaza con la idea de tomar algo de alcohol y fumar marihuana. Teníamos una media botella de coca restante de la cena, y en la habitación había casi una botella entera de Fernet; mis instintos masculinos me dictaron que si todos los presentes entrábamos a la habitación a buscar la bebida, de seguro no íbamos a volver a salir. Nos quedaríamos acostados y yo no estaba como para quedarme despierto, solo y sobrio en medio de este pueblo que tanto misterio tiene en cada esquina. Así que decidí ir a buscar la bebida yo, pero pedí al mochilero que me acompañe porque realmente no quería caminar solo con la sensación de miedo que sentía desde que en la tarde habíamos recorrido el cementerio del lugar.
Ese breve transcurso hasta la pieza fue normal, a excepción de un solo comentario dicho por mi compañía que realmente me desestabilizo; cuando le exprese que tenia miedo de caminar solo, el me retruco preguntándome si yo le temía mas a algo sobrenatural o a un ladrón…al analizar la frase, me inquieto el hecho de que la comparación recayó puntualmente entre un “fantasma” y un “ladrón”, ya que al usar el colectivo “fantasma”, creo que la mejor opción a modo de antitesis debería haber sido “hombre” o “persona”…igualmente, hasta aquí le deje la culpa a mi propia paranoia…la cual aumento cuando expresó que el le tendría mas miedo a un “policía” que a un “fantasma” o a un “ladrón”…la nueva antitesis entre policía y ladrón realmente me inquieto, ya que él anteriormente expresó que no bebe, ni porta drogas para consumo personal, además de que trabaja o trabajaba hasta hacia poco; así que no logre entender porque le temería a la policía…
Y como si esto fuera poco, en la puerta del hostel que esta junto a nuestra habitación, había un grupo de gente que inquieto a mi acompañante, haciéndole decir que su anterior expresión debió haber sido dicha en voz baja ya que aquellas personas eran “todos policías”…esto volvió a inquietarme, ya que esas personas definitivamente no eran personas de la ley, ya que estaban actuando totalmente normales, vestidos en ropas comunes y corrientes, además de que yo ya había estado en esa misma ciudad, por lo que mas o menos sabia que allí no hay demasiados oficiales policiales a la noche y mucho menos varios como supuestamente ahora veíamos. Realmente, el supuesto miedo a la policía me perturbo bastante, por lo que al entrar, saque de inmediato la bebida para volver lo antes posible a la plaza con las chicas.
Cuando volvimos con ellas, prepare la bebida y fumamos marihuana primero bajo una galería de estructura similar a los cabildos y luego en la plaza, esta vez cerca de la habitación ya que la idea de ir a dormir ya estaba rondando.
Bajo los efectos de lo que bebíamos y fumábamos, note algo raro en el habla del viajero a mochila; el no fuma ni bebe pero usa expresiones al hablar muy parecidas a las que yo uso cuando fumo o bebo…
No obstante esa apreciación, alguien comenzó a contar historias de fantasmas…el estar nuevamente hablando de cosas sobrenaturales con el mochilero presente volvió a perturbarme, ya que me pareció algo mas que una casualidad; pero el miedo neto llego cuando este hizo oídos sordos a mis reiterados pedidos para cambiar de tema en la charla. Sospeche por un momento que en el existía el deseo de asustarnos por alguna razón… además, cuando me pregunto anteriormente a que le temía más, yo respondí “fantasma”, y el ahora habla de fantasmas...se me ocurrió que tal vez yo era a quien el quería asustar al ser el único varón del grupo…
Cuando por fin decidimos volver a la habitación, el viajero dijo que el dormiría en la calle, y nos pidió que guardemos su carpa hasta la mañana siguiente en la pieza, ya que él solo necesitaba su bolsa de dormir mas el suelo y techo de la galería en la que habíamos estado primero.
Todos estas cosas nos llevaron a pensar que el estaba haciendo merito para que le diéramos permiso para dejarlo dormir en nuestro cuarto sin pagar…cosa que podría sonar relativamente normal, excepto por el detalle de que el y nosotros nos conocimos en un hostel de Salta el día anterior, en donde el pago por su habitación; pero ahora expresaba no querer pagar por una cama, sino que prefería dormir en la calle, con garúa…
2-
Una vez en la pieza, y sin la compañía del viajero con mochila, comenzaron los preparativos para acostarnos. Yo ya estaba muy drogado y sin ganas de ir al baño o cambiarme la ropa, así que únicamente me saque los zapatos y me metí en la cama.
Las chicas, por el contrario, fueron al baño y tomaron el tiempo que les toma a ellas estar listas para algo. Yo decidí salir de la cama y quedarme en el patio que conecta la habitación con el baño hasta que terminaran de usarlo.
Cuando la ultima chica Salió del baño, entramos al cuarto y me acosté nuevamente; al tocar la almohada con la cabeza recordé el estado estupefaciente en el cual me encontraba, por lo que comencé a intentar fijar mi mente en solo una cosa y dormir, pero mi meditación se vio interrumpida cuando las chicas prendieron la luz para vestirse. Yo me encontraba en la cama del medio de la pieza, teniendo tres chicas a mi derecha y una a mi izquierda, hecho por el cual mientras las de la derecha se vestían, tuve que cubrir mis ojos con las manos mirando hacia la izquierda para darles algo de privacidad, y lo mismo con la de la izquierda.
Las cosas se pusieron un poco extrañas mientras tenia mis ojos cerrados, ya que dos veces me dijeron “ya podes ver”, y al descubrir mis ojos contemple que aun no estaban vestídas. Pero como las risas brotaban, no me preocupe mucho, aunque igualmente volví a tapar mis ojos.
Cuando terminaron de vestirse, se acostaron las 4 y yo tuve que apagar la luz. Ya en oscuras, las voces de las chicas seguían sonando para pedirse cosas; y entre voces, el pedido de ellas solicitando mi linterna volvió a desatar las risas. Yo podría haberme estirado para agarrarla y prestárselas, pero decidí no hacerlo, y así poder ver que sucedía al negarme.
Tal como pensé, los comentarios graciosos continuaron en torno a mi linterna. Mis opciones de respuesta eran pocas; ya que podía contestar algo fuera de lugar o callar. Así que decidí callar. Al notar esto, una de las chicas pregunto si me había dormido. El tono usado por ella fue más bien irónico, por lo que opté abandonar mi silencio sin entrar completamente en el juego. Solo me limite a decir “estoy despierto”, y como respuesta, otra voz femenina me respondió con un “me prestas tu linterna”...al oír esto volví a callar, hecho que amerito otra frase de las misma voz, la cual dijo “ en donde esta tu linterna?”…esta vez, mis hormonas no me dejaron callar y respondí con un poco inteligente “vos sabes a donde esta”… para mi sorpresa, mi respuesta fue no solo bien recibida, sino que también desato una serie de pequeños diálogos llenos de expresiones subliminales relativas a la descripción de mi linterna y el uso que podrían darle. De repente me sentí afortunado de estar escuchando esas, cosas en ese estado mental y en ese pueblo.
Mientras las voces se entrelazaban, la chica mas próxima a mi continuaba moviéndose en la cama, con sutiles movimientos corporales acompañados de su cabello también en movimiento, lo que resulto un espectáculo muy interesante, ya que a su vez, otras dos chicas que estaban a su lado alumbraban con sus celulares a la que se movía, a la vez
Que agitaban dichas luces como incitándome a mirar lo que sucedía y a escuchar sus charlas subliminales que a esta altura eran netamente de índole sexual.
Me sentí afortunado pero impotente a la vez, ya que mis posibilidades de tener alguna relación sensorial que no fuese auditiva o visual eran mínimas, al mismo tiempo de que la única chica que me gustaba tenía novio, por lo que solamente podía escuchar y ver, más sentirme impotente y algo extraño…
De repente, luego del impecable y por momentos ensayado dialogo subliminal, las voces cesaron junto con las luces de los celulares. El momento de dormir se acercaba, al mismo tiempo en que llegó, y yo me ví aún drogado y repitiendo mentalmente los diálogos que acababa de disfrutar.
3-
Llegado el silencio tuve la idea de moverme un poco en la cama para hacer algo de ruido y tomar mi linterna. Lo hice y alumbré hacia el techo con la idea de poder activar nuevamente las voces femeninas. Pero ya era demasiado tarde, las voces ahora eran solo ronquidos.
Sin más que hacer, me encontré obligado a intentar dormir. Fue así que recordé al mochilero, quien se había quedado en la calle…y las conjeturas surgieron de nuevo; porque una persona que la noche anterior durmió en una pieza paga, hoy decide dormir en la calle bajo un clima lluvioso?...mientras pensaba en esto, una imagen perturbadora se dibujo en mi mente; Cuando entramos a la habitación, nos acompaño hasta la entrada del mismo. Yo entre ultimo y al cerrar la puerta, creí ver que se sentó justo debajo de nuestra ventana…en realidad, no quise asegurarme de eso cuando llegamos por que no quería asustarme…pero cuando las luces se apagaron y me encontré solo, no pude evitar que mi cabeza ruede sobre esto.
Trate de mantener la calma pero no podía dejar de pensar en que la puerta de entrada al pasillo y la de la habitación estaban sin llave. Por lo tanto, sin dudarlo cerré la puerta de la pieza y trate de evitar pensar en que el mochilero estaba sentado a metros de nuestra ventana y con la sabiduría de que la entrada principal estaba abierta.
Trate de conformarme con la idea de que el viajero intentaba lograr que lo dejemos entrar sin pagar y nada mas, por eso nos acompaño hasta la puerta. Pero saber que la noche anterior estuvo en un hostel en el cual el pago no me dejaba en paz.
No obstante, recordé que la semana anterior yo había dormido dos noches en ese mismo pueblo, misma pieza y misma cama, por lo que tenía una minima noción de cómo era el edificio y de los sonidos nocturnos de esa zona por la noche: puertas abiertas y casi ningún sonido, al menos ninguno producido por humanos; eso me daba una cierta tranquilidad para poder reaccionar y pensar claramente llegado el caso de que algo suceda.
Lo que realmente no esperaba fue que esas características comenzaron a ausentarse en esa noche. La nueva inquietud surgió porque escuche la alerta de que un mensaje de texto llegó a un celular, y dicho sonido provenía desde la ventana que daba a la calle…no tuve el valor de asomarme a ver si el mochila estaba ahí sentado, ya que esto podría asustar a las chicas y eso no sonaba conveniente.
Yo ya había dormido allí y en dos noches seguidas lo hice sin oír nada raro, por lo que ese celular me inquieto demasiado; aunque no tanto como cuando sentí que una botella o algo plástico se arrastraba por la calle de tierra; lo primero que pensé fue en un perro jugando… pero abandone ese pensamiento cuando note que la botella, o lo que fuera, no se movía de forma involuntaria, mas bien parecía moverse de un lado a otro, siempre recorriendo el trayecto que hay desde nuestra ventana a la puerta del lugar, la cual estaba abierta-
Considerando que podría ser un can jugando no habría por que temer, salvo por dos nuevos detalles: en mi última visita a ese lugar, en esa misma cuadra conocí al perro llama; un ovejero alemán enorme, bautizado así por nosotros, quien no dejaba a ningún otro perro merodear por allí. Esta vez, parece que no apareció…algo muy raro porque antes de entrar a la pieza lo habíamos visto ahuyentar a un perro chiquito...por lo que pensé que quizás podría no ser un perro lo que producía el sonido.
El otro detalle era que el supuesto perro juguetón, en ningún momento emitió sonido o ladrido alguno mientras jugaba, ni tampoco se oían sus uñas contra el suelo mientras movía la botella. Pensé que tal vez la botella no era movida por ningún caniche, sino tal vez por el viento…o peor aun, por un perro de viento.
Ni siquiera me atreví a imaginar que el mochilero o alguna fuerza sobrenatural estaban haciendo aquellos sonidos porque hubiese sido demasiado para mi, estando en un lugar extraño, con la cabeza aturdida y sin lugar hacia donde escapar.
Me conforme con pensar que quizás era un perro, quizás un fantasma, quizás el mochilero o quizás yo seguía drogado y soñaba estando despierto y amplificaba todos los estímulos sensoriales del ambiente, o quizás nada sucedió. La realidad estuvo un poco esquiva ese día desde que llegamos temprano a ese lugar.
Cuando amaneció, las chicas me felicitaron por haberme comportado como un caballero durante su amena charla, yo me felicite por lo mismo e hicimos algunos chistes. De los sonidos, nadie dijo nada. Y cuando encontramos al mochilero para darle la carpa, tampoco dijo nada.
domingo, 27 de marzo de 2011
Purmamarca.
Publicado por
Matias Federico.
en
18:01
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